sábado, 28 de agosto de 2010
MIEDO AL C****R
Susto, por un instante susto, miedo, en ese instante miedo. No miedo a ti, no miedo a tu sangre, miedo a perderte, a dejar de verte. Miedo a que esa sombra que es tu figura se disipe y solo tu recuerdo quede para consolarme. No quiero separarme de tus ojos, de tu boca, de tus manos...Antes no estaba del todo convencida, ahora estoy totalmente segura. Aún quedan esperanzas, aún estas entre mis brazos.
Feliz de verte.
domingo, 15 de agosto de 2010
screams in the dark
A la mañana siguiente Maggie no se dignó a despertarse con el ruido del despertador. Sus compañeras de casa ya se habían despertado, pero ella seguía profundamente dormida, lo cual ere inusual en ella.
-Maggie...-la llamó una de sus compañeras, una chica de melena rubia y ondulada y atlético cuerpo de animadora.- despierta o llegarás tarde.
Maggie se removió en la cama y la chica, que respondía al nombre de Linda, la zarandeó suavemente. Maggie acabó por despertarse y se frotó los ojos con expresión soñolienta. Inspeccionó la habitación y encontró a Beth al final de esta, atándose las botas. Beth era una chica de sonrisa amplia y pelo corto, moreno al estilo chico. Le dirigió una sonrisa, que se reflejó en sus ojos castaños y metió en su cartera su amada cámara de fotos.
-Venga levanta dormilona-repitió Beth- tenemos clase en media hora.
-¡¿media hora?!-gritó alarmada.
De un salto salió de la cama y se puso a rebuscar en el armario, cojió unos vaqueros oscuros y una sudadera calentita y se vistió a toda prisa.
-¿Habeis desayunado?-preguntó y entonces se percató de algo-¿dónde está Sussane?
-Se levantó antes para entrenar en la piscina-le informó Beth-te hemos dejado café y tostadas en la cocina.
-Ha...gracias-dijo mientras se pasaba el cepillo por su oscura y densa cabellera.
Desde que se conocieron, sus tres compañeras siempre la habían tratado como a la hermana pequeña, y a Maggie no le molestaba. Aunque tan solo tuviera 17 años había ganado una beca y ahora estudiaba con gente de 21 y 22 años, se sentía una hormigita entre tanto adulto. Por eso no le preocupaba que la protegieran.
-Me voy- anunció Linda mientras cojía los pompones con los colores de la universidad y se echaba la mochila al hombro- recordad que esta tarde hay partido de fútbol americano¿vendréis a verme animar?
-Sí-le respondieron Maggie y Beth a la vez- como siempre.
Linda rió tontamente y agitó los pompones frente a sus amigas. Luego corrió escaleras abajo y se oyó un portazo. Maggie y Beth bajaron a la cocina y mientras Maggie desayunaba Beth la puso al corriente de los últimos cotilleos. Por regla general Maggie no hacía caso a esas cosas. Pero le divertía ver a Beth con los ojos chispeantes de emoción y malicia, por que, no era de esas que despellejan vivos a los demás...se limitaba a escuchar y repetir. O a escuchar y callar.
-Maggie...-la llamó una de sus compañeras, una chica de melena rubia y ondulada y atlético cuerpo de animadora.- despierta o llegarás tarde.
Maggie se removió en la cama y la chica, que respondía al nombre de Linda, la zarandeó suavemente. Maggie acabó por despertarse y se frotó los ojos con expresión soñolienta. Inspeccionó la habitación y encontró a Beth al final de esta, atándose las botas. Beth era una chica de sonrisa amplia y pelo corto, moreno al estilo chico. Le dirigió una sonrisa, que se reflejó en sus ojos castaños y metió en su cartera su amada cámara de fotos.
-Venga levanta dormilona-repitió Beth- tenemos clase en media hora.
-¡¿media hora?!-gritó alarmada.
De un salto salió de la cama y se puso a rebuscar en el armario, cojió unos vaqueros oscuros y una sudadera calentita y se vistió a toda prisa.
-¿Habeis desayunado?-preguntó y entonces se percató de algo-¿dónde está Sussane?
-Se levantó antes para entrenar en la piscina-le informó Beth-te hemos dejado café y tostadas en la cocina.
-Ha...gracias-dijo mientras se pasaba el cepillo por su oscura y densa cabellera.
Desde que se conocieron, sus tres compañeras siempre la habían tratado como a la hermana pequeña, y a Maggie no le molestaba. Aunque tan solo tuviera 17 años había ganado una beca y ahora estudiaba con gente de 21 y 22 años, se sentía una hormigita entre tanto adulto. Por eso no le preocupaba que la protegieran.
-Me voy- anunció Linda mientras cojía los pompones con los colores de la universidad y se echaba la mochila al hombro- recordad que esta tarde hay partido de fútbol americano¿vendréis a verme animar?
-Sí-le respondieron Maggie y Beth a la vez- como siempre.
Linda rió tontamente y agitó los pompones frente a sus amigas. Luego corrió escaleras abajo y se oyó un portazo. Maggie y Beth bajaron a la cocina y mientras Maggie desayunaba Beth la puso al corriente de los últimos cotilleos. Por regla general Maggie no hacía caso a esas cosas. Pero le divertía ver a Beth con los ojos chispeantes de emoción y malicia, por que, no era de esas que despellejan vivos a los demás...se limitaba a escuchar y repetir. O a escuchar y callar.
- ¿Sabes que ha venido un profesor nuevo?- le comentó mientras salían de la casa a la intemperie del helado frío otoñal, de camino al campus.
-no, no lo sabía- dijo Maggie sorprendida-¿ cómo se llama?
-No lo se- dijo Beth bajando la voz de forma misteriosa- dicen que va a ocupar el puesto de la señora Simons en historia...será interesante ¿no?
-Hmm...seh...- Dijo Maggie sin mucho convencimiento.
Atravesaron un pequeño jardín en el que encontraron a mas estudiantes que remoloneaban antes de las clases. Vislumbraron el gigante edificio central dónde impartían la mayoría de las clases. Y abanzaron con la turma hacia otro día de monótonos estudios.
``¿O no?´´.Pensó Maggie recordando al nevo profesor de historia.
viernes, 6 de agosto de 2010

Las horas pasan y la pequeña niña sigue sentada a la mesa de café. la muñeca de tirabuzones rubios a un lado y el osito con pajarita a otro la obserban detenidamente. Tic, tac, tic, tac... suena el reloj de cuco...tic, tac, tic, tac... la niña sostiene la taza de café humeante entre sus níveas manitas...Tic, tac, tic, tac... avanza el tiempo, lento y perezoso, haciéndose de rogar por la niña, que desea que aquello acabe cuanto antes. El osito saca de un bolsillo oculto un pequeño reloj atado con una cadena de plata. La muñeca tamborilea con sus diminutos dedos sobre la mesa impaciente...Tic, tac, tic, tac... la niñita agacha la cabeza mientras dos cristalinas gotas se deslizan por sus mejillas...y comienza a temblar imperceptiblemente....
-Se acabó el tiempo-dice el osito.
jueves, 5 de agosto de 2010
SURPRISSE!!!!!
Y ahora es cuando me toca abrir los ojos de par en par, abrirlos de sorpresa e indignación, porque nunca pensé que eso pudiera ser un problema, un problema mas en mi vida de mierda. Y ese obstáculo me hace sentirme fuerte porque nunca abandonare mi meta, pero a la vez me hace sentir enana y canija,y siento que soy una marioneta en tus manos que tiene que abnegarse a tu voluntad...pero que sepas que con determinación y valor aprendí a soldar...y estoy soldando una daga que cortará todos los hilos que me atan y me retienen...y el macabro titiritero con chistera se quedará sin marioneta....¿Que harás...?¿Comprarte un gato?
screams in the dark
Maggie se despertó bruscamente de su sueño, un sudor frió y pegajoso le pegaba los mechones de su oscuro cabello a la frente. Se meso su larga cabellera nerviosa mente con las manos y se levantó de la cama. Comenzó a pasear por la habitación de arriba a abajo en la penumbra, intentando aplacar sus nervios y a la vez no despertar a sus compañeras. El helado frió otoñal se colaba por una de las ventanas, abierta, y removía las cortinas de manera que recordaban a viejos espectros flotantes. Maggie cerró la ventana a toda prisa con el ceño fruncido y un escalofrío en el cuerpo, no recordaba haberla abierto. Los oscuros y penetrantes ojos del chico de la pesadilla aun la perseguían en su mente y volvió a estremecerse, muerta de frió. Rememoró la pesadilla otra vez, que pese a ser tan sencilla la inundaba de aquel terror inhumano que Maggie tanto detestaba. Su pesadilla recurrente que la atormentaba la mayoría de las noches, cuando no tomaba los asquerosos antipsicóticos que el medico le había recetado. Ella prefería llamarlo así, médico...y no psiquiatra o...loquero. aquel chico de la pesadilla siempre la intentaba tentar a un futuro desastroso que Maggie temía, pero en ninguna pesadilla anterior había intentado tocarla...y en esta... Odiaba aquellas pesadillas de vampiros, y aunque el mundo de fantasía de esos seres siempre la había traído a la vez la asustaba e inquietaba.
Una de sus compañeras de habitación se removió en la cama, tenia el sueño muy ligero, por lo que casi todas las noches se despertaba al oír a Maggie. Esta vislumbró en la penumbra de la habitación como su amiga entreabría los ojos con somnolencia.-¿Maggie?-preguntó aún medio dormida.
-sí, soy yo-dijo en un susurro-¿te he despertado?
-es que he perdido los tapones-bromeó-¿otra vez la pesadilla?
Asintió timidamente.Casi todas las noche despertaba a Susane por sus recurrentes pesadillas, pero ella siempre la consolaba amablemente. Era una buena amiga.Susanne destapó la cama en la que dormía y palmeó el colchón invitando a Maggie a tumbarse junto a ella. El ulular del viento sonaba intensamente tras las ventanas y Maggie no se lo pensó dos veces, se enfundó en la cama con su amiga. La calidez de Susanne disipó el aterrador frío que se había adueñado de Maggie.
-No te preocupes por nada-le tranquilizó Susanne-no te va a pasar nada son solo pesadillas, no son reales.
-gracias-le susurro Maggie-de verdad muchas gracias, no tienes por que aguantar esto...
-No es nada Maggie-dijo Susanne con gesto serio- es lo que hacen las amigas ayudarse entre ellas.
Maggie y Susanne se abrazaron con fuerza y se fueron adormilando poco a poco.
-Además...-dijo Susanne pasado un rato casi dormida-...me encanta dormir acompañada...
Pero Maggie no la oyó se había sumido en un intranquilo y sobresaltado sueño.
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