jueves, 5 de agosto de 2010

screams in the dark

Maggie se despertó bruscamente de su sueño, un sudor frió y pegajoso le pegaba los mechones de su oscuro cabello a la frente. Se meso su larga cabellera nerviosa mente con las manos y se levantó de la cama. Comenzó a pasear por la habitación de arriba a abajo en la penumbra, intentando aplacar sus nervios y a la vez no despertar a sus compañeras. El helado frió otoñal se colaba por una de las ventanas, abierta, y removía las cortinas de manera que recordaban a viejos espectros flotantes. Maggie cerró la ventana a toda prisa con el ceño fruncido y un escalofrío en el cuerpo, no recordaba haberla abierto. Los oscuros y penetrantes ojos del chico de la pesadilla aun la perseguían en su mente y volvió a estremecerse, muerta de frió. Rememoró la pesadilla otra vez, que pese a ser tan sencilla la inundaba de aquel terror inhumano que Maggie tanto detestaba. Su pesadilla recurrente que la atormentaba la mayoría de las noches, cuando no tomaba los asquerosos antipsicóticos que el medico le había recetado. Ella prefería llamarlo así, médico...y no psiquiatra o...loquero. aquel chico de la pesadilla siempre la intentaba tentar a un futuro desastroso que Maggie temía, pero en ninguna pesadilla anterior había intentado tocarla...y en esta... Odiaba aquellas pesadillas de vampiros, y aunque el mundo de fantasía de esos seres siempre la había traído a la vez la asustaba e inquietaba.
Una de sus compañeras de habitación se removió en la cama, tenia el sueño muy ligero, por lo que casi todas las noches se despertaba al oír a Maggie. Esta vislumbró en la penumbra de la habitación como su amiga entreabría los ojos con somnolencia.
-¿Maggie?-preguntó aún medio dormida.
-sí, soy yo-dijo en un susurro-¿te he despertado?
-es que he perdido los tapones-bromeó-¿otra vez la pesadilla?
Asintió timidamente.Casi todas las noche despertaba a Susane por sus recurrentes pesadillas, pero ella siempre la consolaba amablemente. Era una buena amiga.Susanne destapó la cama en la que dormía y palmeó el colchón invitando a Maggie a tumbarse junto a ella. El ulular del viento sonaba intensamente tras las ventanas y Maggie no se lo pensó dos veces, se enfundó en la cama con su amiga. La calidez de Susanne disipó el aterrador frío que se había adueñado de Maggie.
-No te preocupes por nada-le tranquilizó Susanne-no te va a pasar nada son solo pesadillas, no son reales.
-gracias-le susurro Maggie-de verdad muchas gracias, no tienes por que aguantar esto...
-No es nada Maggie-dijo Susanne con gesto serio- es lo que hacen las amigas ayudarse entre ellas.
Maggie y Susanne se abrazaron con fuerza y se fueron adormilando poco a poco.
-Además...-dijo Susanne pasado un rato casi dormida-...me encanta dormir acompañada...
Pero Maggie no la oyó se había sumido en un intranquilo y sobresaltado sueño.

No hay comentarios: